Los Ayuntamientos frente a la crisis I: el modelo erróneo de gobernar……
Algunas reflexiones previas a la elaboración del programa electoral para las elecciones municipales de mayo de 2015 de la Agrupación de Zuera del PSOE.
Zuera, 2015 -2019 decidir el futuro entre todos.
SEGUNDA PARTE
El modelo erróneo de una forma de gobernar o ante la crisis: hacer menos con menos.
Analicemos qué pasos se han dado en este municipio, y en tantos otros, en este modelo erróneo de gobernar conducente a su total deslegitimación:
- En primer lugar, ante la crisis de la Hacienda Local, el ayuntamiento da máxima prioridad a la gestión de los recursos propios para disminuir los gastos e incrementar los ingresos. La política se somete a la gerencia o a la intervención. El mismo alcalde se considera, aunque carece de conocimientos , un gerente controlado por la Secretaría e Intervención.. La política, el diálogo con los vecino y la participación de estos se deja para tiempos mejores en los que se pueda gastar. La política como instrumento de hacer ciudadanía ni se plantea. Se produce desde la propia política una deslegitimación de la misma. El ayuntamiento, de este modo, se separa de su comunidad a la espera de que la situación mejore para , en el mejor de los casos, en los últimos tiempos de mandato puedan volver a ofrecer servicios, con los que pescar votos que permitan la reproducción del modelo en la próxima legislatura. El resultado es una contracción del papel del ayuntamiento y un declive de la política local y del liderazgo municipal.
- En segundo lugar se acelera la introducción de las empresas mercantiles en la gestión de recursos públicos. Continúan considerando al ciudadano como un cliente (al que se dan cada vez menos servicios, sobre todo en relación a sus necesidades). La administración y los procesos administrativos dejan de ser valorados por los objetivos propios como garantes de transparencia, objetividad, equidad y sencillez que garantizan el buen funcionamiento de la sociedad civil y su relación de confianza con la administración, e intentan someterlos a los valores de economía, eficacia y eficiencia que son propios de la organización privada y de la gestión de servicios, pero que deberían ser ajenos a una institución que tiene que velar para que las organizaciones funcionen.
- Junto a la pérdida de peso específico de la institución que implica seguir con el mismo paradigma de gobernación, existe un tercer elemento: la pérdida de la participación ciudadana y el incremento de la conflictividad entre la sociedad civil , la que está organizada y el gobierno local.
Ideológicamente subyace en este modelo el desprecio de lo público y del valor de la Institución, que es lo único que genera confianza y deseo de colaboración en la sociedad civil.
Este modelo ha fomentado una ciudadanía no comprometida, permanentemente insatisfecha con la actuación municipal, que sólo demanda y no se responsabiliza ya que siempre delega en las instituciones públicas.
Nueva forma de gobierno local: Cómo hacer frente a la adversidad
(Más)
Ese modo de gobernar ha periclitado. El derroche continuado, el desprecio por lo público y el enrocamiento en los puestos de poder ha generado una estado permanente de incredulidad y desapego en los ciudadanos que hace muy difícil para los que lleguen, sean quienes sean , el poder demostrar que no son más de lo mismo.
Van a tener que convencer a los vecinos de que conciben a su pueblo como una comunidad compartida asentada en las relaciones de interdependencia entre los distintos actores y sectores de la ciudadanía y de manera especial, por la acción de la ciudadanía en su conjunto.
Van a tener que explicar que demostrar que es posible una nueva concepción del Ayuntamiento , en tanto que representante de sus vecinos, que vaya más allá de ser un mero proveedor y gestor de recursos.
Los nuevos tiempos exigen la oferta a los ciudadanos de estrategias y proyectos compartidos para que se puedan afrontar solidaria y colectivamente los problemas y también, para realizar los objetivos que previamente se han identificado conjuntamente entre el ayuntamiento y las organizaciones más representativas de la sociedad civil en base a la opinión de la ciudadanía extraída mediante consulta ciudadana.
Dicho de otra manera , frente al modelo del gobierno proveedor y gerencialista que conlleva una pérdida de peso social y político del ayuntamiento, aquí este gana en protagonismo político y en peso social liderando un proyecto común.
Prioridades compartidas, multiplicación del impacto de los recursos públicos
En este nuevo modelo lo fundamental ya no es la relación aislada de los servicios municipales con sus clientes y usuarios, sino asegurar que la inversión responda a los objetivos del conjunto de la ciudad y no sólo del equipo de gobierno, que exista una complementariedad y no una competencia entre los recursos de la sociedad civil y los del ayuntamiento
En este nuevo modo de afrontar las relaciones con los ciudadanos , el ayuntamiento no debe reducir su actuación a las competencias propias, sino que además de competencias propias y obligatorias tiene también otras responsabilidades: as derivadas de todo aquello que preocupa ampliamente a la ciudadanía y es básico para el progreso de la comunidad , y que por tanto debe hacer suyo un gobierno democrático y realmente representativo . Ahora bien, asumir responsabilidades no significa proveerlas y financiarlas con los propios recursos locales (esto es lo propio del paradigma de gobierno protector y gerencialista) sino que tiene que desarrollar las actuaciones necesarias para organizar su satisfacción, ya sea promoviendo redes o compromisos cívicos en la ciudadanía o/y asumiendo la negociación de estas demandas ante las otras administraciones competentes. Obvio es decir que una Corporación que actúe de esta manera nunca será una Institución cómoda para las Instancias superiores.
Por otra parte , obtener la máxima eficiencia del uso de los recursos públicos es muy difícil si se desconoce el coste real de servicios y si no se comunica ese coste a la ciudadanía, de manera que esta pueda entender los procesos seguidos en la toma de decisiones.